La queja más común es dolor, irritación y enrojecimiento en el lugar de la inyección, que se agrava aún más por la necesidad de una alta frecuencia de ejecución. Un aumento pronunciado de la agresión.
Los efectos secundarios del propionato de testosterona se deben al hecho de que se aromatiza fácilmente y se convierte en estrógenos y dihidrotestosterona, como cualquier otro éster de testosterona, en dosis altas puede causar:
Ginecomastia;
Acné;
Calvicie del cuero cabelludo;
Hirsutismo (vello corporal);
Próstata agrandada (especialmente en los ancianos);
Masculinización (en mujeres).
El medicamento suprime su propia producción de testosterona, que generalmente se restablece al final del curso en 2-3 meses. Con cursos largos, es necesario administrar 500 UI de gonadotropina, una vez a la semana, a partir de 2.
Como muestra la práctica, en dosis moderadas no afecta ni al hígado, ni a los riñones, ni a ningún otro órgano interno. No recomendado para mujeres por su alta actividad androgénica.